lunes, 26 de mayo de 2008

Hoy ha estallado la paz en el mundo

Menéame es un buen lugar de promoción de noticias, que escapa de la censura arbitraria mediante la “mano invisible” (¿otra vez Adam Smith?) de los usuarios. Lo malo de esto es que se les acaban colando noticias que por su especificidad requerirían de alguien con conocimientos para aprobarlas o rechazarlas. Es decir, que los que impulsivamente “menean” cualquier noticia sobre la paz en el mundo sabrán cuál es la capital de Canadá, o las diferencias entre maoísmo y trotskismo, pero brother, de lo que viene siendo la ciencia en general, ni puta idea.

Me he encontrado leyendo la portada con que un japonés ha realizado un experimento demostrando la fusión fría. De ser esto cierto, chicos, deberíamos ir a destrozar ahora mismo los huertos solares que tanto afean los terrenitos de los terratenientes castellanos, y tirar al suelo los molinos de viento asesinos de pájaros, y cerrar las centrales nucleares que impiden que seamos un 100% dependientes del petróleo extranjero. La fusión fría significaría que con un equipo científico similar al que teníamos en el cole podemos extraer cientos de miles de kilowatios. Los problemas de la humanidad solucionados mediante una botellita mágica.

Para ir aclarando conceptos: La investigación de la fusión fría es una pseudos-ciencia. Ya en el año 89, a unos reputados científicos como Fleischman y Pons se les hizo el vacío por inventarse una tontería. Para conseguir energía de fusión, que es la reacción nuclear (¡nuclear!, que no química) que ocurre en las estrellas, necesitamos vencer las interacciones nucleares fuertes entre núcleos de átomos: primero arrancar el molesto electrón de la corteza, y luego elevar la temperatura a varios millones de grados Celsius para que los protones y neutrones se fusionen creando nuevos elementos.

La demostración del doctor Arata no dista mucho de los rituales de la tribu de las ranas verdes para convertirse en algún animal, o ya más cercano, del ritual de brujería del obispo de Murcia invocando a Dios para que haga llover. El hombre va y mete deuterio (un átomo de hidrógeno que tiene, además del protón, un neutrón en su núcleo) a alta presión en un cubo en el que hay no se qué, y la temperatura aumenta a 70 ºC (suponiendo que están a temperatura ambiente, 21 ºC, ha logrado un aumento de 49 ºC) y dice que es debido no solo a la reacción química, sino a la nuclear. Espera que voy a ver si me lo creo. ¿Dónde queda el Helio que se tendría que formar al fusionar átomos de hidrógeno o deuterio? ¿Y la radiación en forma de neutrones cómo es que no ha convertido al doctor y a la gente que estaba con él en una masa sanguinolenta vomitando espumarajos verdes por la boca (bueno, puede que los efectos no sean literales, pero que el japonés no iba a estar en condiciones de comerse un okonomiyaki, por esta que son cruces)?

Si a esto le añadimos que el doctor Arata es ya un científico retirado, es obvio el motivo de su experimento: Salir en los medios y ligarse a alguna de sus alumnas que cuando riera se pondría la mano delante de la cara para que nadie lo viera.

Siento destrozaros las ilusiones de un mundo mucho más bonito y más limpio. Yo es que no soy ningún creyente.

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